La historia de un bailarín

 


"Camilo se convirtió en un amante del baile, ya no lo practicaba por hobby, lo hacía por amor al arte; y hasta el día de hoy siente cada movimiento desde sus huesos hasta la punta de sus cabellos, vibra con cada sacudida rítmica, se mueve a la par de la música proyectando su gozo."


Perfil

Sumergido en la música, el baile y la felicidad, así está Juan Camilo Arias Guependo todos los días debido a su trabajo. Desde los 16 años descubrió la pasión por el baile, desde entonces vive en un ambiente inundado de melodías acompañadas con diversos movimientos rítmicos. Con el constante apoyo de sus padres, Camilo se convirtió en un amante del baile, ya no lo practicaba por hobby, lo hacía por amor al arte; y hasta el día de hoy siente cada movimiento desde sus huesos hasta la punta de sus cabellos, vibra con cada sacudida rítmica, se mueve a la par de la música proyectando su gozo, muestra su destreza y habilidad en cada paso; sin duda este amor lo emana en cada paso, en cada desplazamiento de su cuerpo y en cada coreografía que enseña con frenesí y vehemencia.

Pasaron los días y los meses, y Juan camilo no se apartaba de la rutina, se convirtió en un hombre locuaz y risueño con un encanto que brota musicalidad. Cada tarde después de que sus horarios estudiantiles se terminaran, empezaba su rutina de cuatro horas seguidas, finalizando antes de que se escondiera el sol; en ese transcurso de tiempo conocía una gran variedad de géneros musicales y empezaba a darle la bienvenida a diversos pasos, para luego lograr poco a poco sincronizar sus movimientos al compás de las melodías y las voces intérpretes. Sus prácticas siguieron perdurando por los próximos cinco años, para luego intensificarse. Pasó de practicar cuatro horas a seis horas diarias, y con cada día que pasaba, su profesionalismo aumentaba a la par del tiempo, ya no se agotaba como en un principio, ya no sentía cómo sus músculos se quejaban por el agotamiento y el esfuerzo, ahora su cuerpo aceptaba y necesitaba cada movimiento con urgencia, cuando no bailaba todo en él se lamentaba y pedía a gritos practicar la danza.

 


la historia de un bailarin


Hoy, tiene 27 años y hace tres que forma parte de la comunidad de instructores de zumba fitness legalmente certificado, además de ser propietario del conocido gimnasio Golden Gym, por lo que cada día intenta crecer como empresario en un arduo y obstaculizado camino de superación y éxito, y pese a no tener una carrera profesional ha logrado destruir muros y barreras que ralentizaban en ocasiones su sendero, en pocos años ha logrado que su gimnasio crezca satisfactoriamente por lo que en la actualidad es un hombre reconocido en el ámbito deportivo.

Y aunque para muchos podrá parecer sorprendente que un empresario, educado y joven no sea profesional en ningún ámbito más que en el baile, en realidad quienes lo conocen saben que todo se debe a su compromiso y empeño hacia lo que desea. Camilo hace parte de muchos de esos ejemplos de superación que han dejado una huella significativa.

  


 "Siempre ha sido un hombre apasionado en casi todos los aspectos de su vida y sus clases definitivamente no son la excepción, cada una la prepara con esmero y aunque haya contratiempos que indiscutiblemente no faltarán."


  

Con sus 1,75 metros este hombre acapara protagonismo, poseedor de un físico superlativo, una musculatura definida y simpatía se roba innumerables miradas; siempre se encuentra rodeado de máquinas de ejercicio que cobran vida constantemente, de personas que comparten su amor por el deporte y la actividad física; como es el caso de su amigo Javier Restrepo quien no sólo lo admira por sus logros y su dedicación, incluso lo aprecia como un hermano, pues juntos han compartido momentos que siempre estarán presentes en sus memorias, como la vez que viajaron a la ciudad de Bogotá para disfrutar de un fin de semana recreativo, “recuerdo que Camilo y yo nos fuimos supuestamente a disfrutar y terminamos dando clases de zumba en un gimnasio de un amigo nuestro porque esa misma mañana de llegada nos robaron y tuvimos que trabajar para conseguir dinero”, esas fueron las palabras de Javier, pues según él,Camilo no persiguió el baile, el baile lo encontró y lo enamoró para siempre.

Antes de su amor por la danza, Juan Camilo practicó el fútbol y la natación, pero luego de un tiempo decidió reemplazar esto por lo que realmente lo hace sentirse satisfecho y completo; el baile, la acción que tanto lo hace vibrar y regocijarse de emoción y vitalidad en todas sus formas. Su mayor debilidad es la zumba, una actividad convertida en un fenómeno mundial que acapara lugares en cientos de escuelas deportivas y gimnasios como el suyo.

Una de las razones que lo llevó a practicar y enseñar zumba en su amado gimnasio desde un inicio fue estratégico, por lo que fue necesario la integración de nuevas formas de actividad física que fueran atractivas para el público; por lo tanto Juan Camilo optó por actividades fitness creativas, divertidas y poco convencionales, de este modo se inició en el camino de la zumba, un programa aeróbico de baile que consiste en la realización de coreografías sencillas en diversos ambientes y espacios que hace que quienes lo practiquen se sumerjan en una gran fiesta rebosante de goce.

Su éxito no sólo se debió al empeño y la perseverancia, también gracias a que ha logrado cautivar y enamorar a muchas personas con la ayuda de ritmos y pasos, es el caso de Jessica Zuluaga quien no sólo se enamoró profundamente de la zumba sino que además de quien la enseñaba, “fue una atracción muy fuerte, todo de él me gusto, sobretodo su carisma, compromiso y entusiasmo; Camilo además de ser muy trabajador y responsable es amoroso”, estas fueron sus palabras textuales. Juan Camilo y Jessica sostienen una relación desde hace dos años y medio, todo inició desde que él al final de una clase la invitó a salir y con el paso de los días las salidas y las caricias eran más frecuentes y apasionadas hasta que Camilo se animó a dar el paso al final de una sesión, lo que lo llevó a consolidar una relación sentimental hasta el día de hoy con su amada Jessica.

Siempre ha sido un hombre apasionado en casi todos los aspectos de su vida y sus clases definitivamente no son la excepción, cada una la prepara con esmero y aunque haya contratiempos que indiscutiblemente no faltarán, siempre busca la vía de las soluciones y los planes adicionales, inspirado por el hecho de vivir y resguardarse en aquello que lo hace feliz, por lo que hasta el día de hoy sigue estando en un frenesí de ritmos y voces que van a la par de innumerables acordes y melodías.


Por: María Paula Castro Hernández, Estudiante de Comunicación Social y Periodismo, Universidad de Ibagué.

 

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