La música es infinita, no hay barreras para mí

Por: Valentina Rojas Salgado.


¿Cuál fue la primera banda en la que empezó a ejercer el rol de baterista?

- Apenas le planteo esta pregunta, con una risa que no disimula, responde: - Mi primera banda fue una que conformamos con los del colegio que se llamaba La Guaca, porque siempre decíamos que en nosotros había un tesoro escondido.

Entrevista a Andrés Cupitra


Entrevista Andrés Cupitra 5

La persona a quien me dirijo es reservada y seria en primera instancia. Sus ojos verdes protegidos por sus gafas son de misterio, es un muchacho difícil de descifrar. En el momento que toma confianza es un tipo bastante agradable y simpático con quien se puede entablar una conversación. Lo único que corresponde al género musical que interpreta, es su carácter férreo, porque su vestuario dice todo lo contrario. Él, es un fiel ejemplo de que la música es sinónimo de pasión y no una etiqueta en la sociedad. Andrés Cupitra, a sus 25 años de edad es un baterista con gran trayectoria. Como resultado del fallecimiento de su abuela, que fue un hecho que lo marcó, su principal prioridad en la vida son dos figuras femeninas que para él representan todo: su madre y hermana. Como muchos artistas, el amor por la música lo emprendió desde muy joven. Con dedicación y práctica, ha logrado hacer cosas que, como él mismo dice, creía imposibles.

 

¿En qué momento o punto de su vida inició su trayectoria musical?

- Yo inicié mi carrera más o menos en el 2007, estamos hablando de grado sexto cuando yo estudiaba en Comfenalco, como todo colegio había banda marcial, banda musical y orquesta. Me interesó mucho la banda musical porque era como un grupo tropical que fusionaba ritmos como jazz y folclore. En ese entonces había un gran amigo ahora colega, Juan Sebastián Canal, que tocaba batería, él fue quien me sedujo a ese instrumento. Para ese momento la música era algo que no tenía importancia. Desde que yo vi a Sebastián tocar me dio más curiosidad sobre ese ámbito, entonces, desde ahí empezó toda mi trayectoria musical como baterista.

Entrevista Andrés Cupitra 4 1¿Cuál fue la primera banda en la que empezó a ejercer el rol de baterista?

- Apenas le planteo esta pregunta, con una risa que no disimula, responde: - Mi primera banda fue una que conformamos con los del colegio que se llamaba La Guaca, porque siempre decíamos que en nosotros había un tesoro escondido.

¿Qué género interpretaban?

- En ese entonces estaba toda esa ola del tropipop, con bandas como Bonka y Bahareque... y nosotros queríamos hacer lo que los demás estaban haciendo: tropipop. Desde ahí empecé a conocer más gente del medio musical en Ibagué. Anduve en otros proyectos, después vino una banda de reggae llamada Anti-Babiloon, con la cual estuve tocando en varias partes de

Colombia. Después de eso hice un pare como baterista por el estudio y toda esa cuestión.

Andrés evoca sus inicios musicales durante grado sexto cuando inició sus clases básicas de batería. La consolidación de su grupo, La Guaca, fue en el 2008 y en 2009 fue la transición para crear a su otra banda Anti-Babiloon.

¿Recuerda los otros integrantes?

- Si claro, yo todavía hablo con ellos. En Anti-Babiloon en el bajo estaba Guillermo Ramírez, en la guitarra Felipe Melo, en ese entonces Andrés Felipe Henao en el trombón, Rubén Rojas en la trompeta y yo en la batería. De La Guaca lo mismo, éramos Guillermo, Felipe y Andrés Huepa en la guitarra.

¿Había algún tipo de ensayos en el colegio que les permitiera profesionalizarse técnicamente?

- No. En los colegios en ese entonces la música era considerada como algo malo, en especial el rock, entonces como que no nos daban los espacios, pensaban que íbamos a hacer otro tipo de cosas en el momento de componer, fue muy difícil empezar a ensayar con La Guaca en ese momento. Como decía, en en ese tiempo no conocía nada ni tenía el conocimiento más mínimo de música. Entonces llegó Sebastián Canal, llegó para ayudarme e inducirme, era como “oiga Andrés, hay un ensayadero en tal y tal lugar, vayan, pagan y componen”. Ahí empecé a conocer la onda de los ensayaderos, su gente... la paciencia fue vital en todo ese proceso de aprendizaje, porque nos creíamos “rockstars” aunque no valiéramos nada.

¿La incredulidad de las directivas del colegio persistió hasta que usted egresó, o en grado décimo u once fueron un poco más condescendientes con ustedes?

- Yo era un pelao muy desaplicado, pero aunque lo fuese yo representaba mucho al colegio en festivales intercolegiados de música. Eran unas por otras, yo hablé con las directivas y les dije que los representaba, sólo si nos brindaban los espacios para ensayar. Y claro, al verse atrapados accedieron. Ahí fue donde hice un trueque, yo decía que no tocaría más con el grupo base del colegio, y ellos se vieron en la obligación de dejarnos ensayar con el otro grupo.

La participación de Andrés en la banda show, en la banda marcial y en la banda musical era importante puesto que él era un pilar indispensable en la percusión. Según cuenta él, se notaba mucho la ausencia y no tenían cómo reemplazarlo.

 ¿Qué bandas ha integrado a lo largo de su vida?

- He estado en varios proyectos, voy a decirlos en orden cronológico: primero La Guaca, Anti-Babiloon, estuve tocando en Ostinato, que es una banda de reggae que todavía está acá en Ibagué, también estuve con Locombo, The Mirror Force que es de metal progresivo, Bohemia, también toqué en el reencuentro de Mónera, y también estuve tocando en varios tributos. Actualmente estoy en dos bandas: Rabia Contenida, que toca punk rock alternativo y Mr. Bufus, ska.

Así mismo, ha colaborado en bandas donde tuvo que reemplazar a algún integrante que se encontraba enfermo o no pudo asistir al toque. Además, ha estado en tributos de grandes del rock como Nirvana y Pearl Jam.

¿Cómo fue esa transición de reggae/ska a rock/metal?

- La música es infinita, no hay barreras para mí. Yo puedo escuchar reggaetón, pero eso no me impide escuchar metal, reggae, hardcore o toda la clase de música. Como digo, la música es infinita al igual que mi amor por ella.

Entrevista Andrés Cupitra 1 1¿Cómo le ha sacado partido a su destreza musical?

- Pues ha sido algo muy bonito, cuando me nombran eso se me vienen muchos recuerdos a la mente por el simple hecho de tocar batería. Estuve colaborándole en el 2010 a una banda que se llama Sinergia de Chile en el Ibagué Ciudad Rock. Fueron los invitados encargados de cerrar el festival. Estuve de roadie de Bruno, quien es un baterista brutalísimo de Chile. Formé lazos con él, estuve con Los Afro Brothers, en ese entonces con Velo de Oza. El talento que yo tenía hizo que la gente y otros bateristas buenos confiaran en mí. Me decían “Hey, ayúdeme a armar, ayúdeme a probar sonido”. Estuve con bandas como Doctor Krápula, Don Tetto, el baterista Pedro Acosta a quien le ayudé de roadie y stage.

¿En qué otras ciudades se ha desempeñado?

- Estuve con Bajo Control tocando en Medellín, durante un festival llamado Gospel Park. También estuvimos en Bogotá, Ibagué, Armenia y en todos los lugares tuvimos una muy buena acogida por parte del público.

Anteriormente comentaba que había sido roadie, ¿Cómo fue la experiencia? Y además ¿qué personas conoció?

- La experiencia ha sido muy chévere, muy gratificante porque para mí siempre había sido un sueño inalcanzable tratar con Jaime Medina de Don Tetto porque en ese entonces el auge musical estaba en la onda neopunk. El año pasado logré entablar una conversación con él, empezamos a hablarnos por

Facebook, el man me siguió por twitter. Es muy chévere porque uno se da cuenta que si se trabaja muy duro no es imposible. Por otro lado, he estado con Niko Cabrera de Doctor Krápula, quien también es muy buena persona. He estado tratando de traerlo aquí para hacer una clínica de batería, pues es muy difícil emprender ese proyecto por sí sólo. Con Marlon Barbosa, que es imposible no nombrarlo, si no es el baterista más bueno de Ibagué es uno de los mejores, he estado con él en Sin Mente, ACME, Cinco Sentidos y en muchas otras bandas en las cuales él también desempeña el rol de baterista.

¿Qué permitió que se dieran este tipo de encuentros con estos personajes célebres?

- La verdad, no sé qué me pasa a mí pero soy una persona que cae muy bien a la gente. En Bogotá hay una empresa que se llama Rider Backline, que son los encargados de prestar los instrumentos para un toque de gama profesional. Como estaba contando en mi encuentro con Bruno de Sinergia, yo estaba de mirón, entonces Ronald, el dueño de esta empresa que estaba por ahí, vio que yo estaba interesado y me dijo “¿usted qué hace?” y yo le respondí: no, yo soy baterista. En el instante me dijo “¿en serio? Toque ahí”. Yo interpreté algo muy normal y el man me dijo, “¿quiere trabajar conmigo hoy?”. Yo le dije que sí, que de una. Desde ahí empezamos a entablar conversación con Rony, de Rider. Y pude conocer con ellos a Santiago Cruz e ingresar a varios conciertos de bandas importantes.

Usted comentaba que era un buen amigo de Marlon Barbosa, ¿esto dio pie para que usted viniera a dar con The Garage Music o cómo llegó a este ensayadero?

- Para empezar, con Marlon tenemos una relación desde el 2009. Yo lo veía tocar en Locombo en el año 2008 cuando fueron a Comfenalco, y como dije, en ese año estaba iniciando “baterísticamente” por decirlo así. Yo le hablé y le pregunté: ¿usted es Marlon de Locombo? “Sí, hola, mucho gusto”. Yo le comenté de mi banda, él siempre ha sido una persona muy carismática, y desde ahí empezamos a saludarnos cuando nos veíamos.

Cuando empecé a tocar con Anti-Babiloon, y empecé a irme de gira con bandas locales a municipios y ciudades, él iba porque era el baterista que todo el mundo quería tener en su banda. Después de la pausa que hice, me volví a hablar con él y me comentó que estaba emprendiendo un proyecto que se llamaba The Garage Music Records. Y entonces empecé con él, indirectamente ayudándolo en las cosas que podía. Las cosas se fueron consolidando con el tiempo, fue cuando los muchachos de Rider de Bogotá fueron como el “as bajo la manga” mío porque le pasé el contacto a Marlon y entre nosotros les empezamos a pedir ayuda, como por ejemplo con los instrumentos que ahora hay en el establecimiento.

¿Qué expectativas o metas tiene?

- La verdad son muchas, ¿a quién no le gustaría estar tocando en un Ibagué Ciudad Rock? ¿O en un Rock Al Parque? Que es uno de los festivales más grandes de Latinoamérica. No quiero soñar, sólo quiero que pasen las cosas.

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Realizado por: Por: Valentina Rojas SalgadoEstudiante  Programa Comunicación Social y Periodismo. Universidad de Ibagué

 

 

 

 

 

 

 

 

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