Estudiantes Unibagué tras los rastros de la memoria social y ambiental
Estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué, de tercero, sexto y séptimo semestre, visitaron el pasado 5 de abril dos espacios públicos de vital importancia para la conservación de la memoria cultural y ambiental del Quindío. Se trató de un recorrido por la memoria ambiental, gráfica y audiovisual del segundo departamento más pequeño de Colombia.
El valor de los museos y las reservas naturales en nuestra percepción de la realidad
Con intención de conocer los espacios que conservan la memoria social y ambiental, un grupo de 53 estudiantes llegó, el jueves 5 de abril, a Calarcá Quindío. El recorrido que les llevó todo el día, más un largo viaje de regreso que tardó más de 7 horas, permitió a los futuros comunicadores, acercarse a los espacios y personas que hacen posible la conservación de la memoria regional. El recorrido inició en el Museo Gráfico y Audiovisual del Quindío donde centenares de artefactos, archivos sonoros y visuales retienen la historia de la comunicación y hablan, desde su materialidad, de los hombres y el mundo que construyeron antes de nosotros.
Luis Fernando Londoño Aristizabal, fundador y director del Museo Gráfico Y Audiovisual del Quindío compartió su conocimiento con los estudiantes, les brindó un recorrido por los momentos históricos que están congelados en la colección que el Museo alberga. De igual forma, Néstor Jaime Ocampo, ciudadano ambientalista y director de la Fundación Cosmos, dialogó con los futuros comunicadores sobre la importancia de su labor en cuanto a la protección del ambiente se refiere, de cómo el periodismo y la comunicación dan a conocer los diferentes fenómenos que afectan nuestra tierra y sus posibles consecuencias.
En la tarde, los estudiantes conocieron el Jardín Botánico del Quindío: sus bosques, helechos, flores y paisajes pletóricos de insectos, aves y mariposas. Se trató de un viaje por la ladera donde centenares de especies vegetales y organismos conviven y se renuevan de manera incesante. De la mano de las guías turísticas del Jardín vieron materializarse ante si ese territorio diverso y rico que requiere protección del cual habían hablado en la mañana con el señor Ocampo.
Las dos memorias, la que conserva el Museo y la que conserva el Jardín Botánico casi, diríamos, son antagónicas. Los hombres arrumamos el pasado en lugares, a veces, tristes: los llamamos museos, o a veces, cuarto de San Alejo; la naturaleza en cambio, renueva cada vestigio y lo convierte en una hoja más, en una rama más, en una mariposa más... la naturaleza conserva todo y lo guarda en el único espacio donde todo parece posible, sustancial y feliz: el ambiente. Como si fuera una alegoría de nuestra visita, la lluvia nos empapó mientras hacíamos el recorrido y cual niños, los estudiantes gritaron e hicieron de su encuentro con la naturaleza, una inolvidable fiesta.
Las puertas quedaron abiertas para futuros regresos, no solo con fines académicos sino también para compartir momentos de buena tertulia al calor de un café con personajes inquietos y apasionados por la conservación de la memoria histórica y ambiental de nuestras regiones.
Recorre la fotografía y disrfruta de la galería completa.
Por: Orlando Barón – Carolina Patiño – Jorge Mendoza. Docentes Comunicación Social y Periodismo Universidad de Ibagué.